Que el conflicto forma parte de las relaciones humanas y que educar a nuestros alumnos en la resolución pacífica de los mismos es prepararlos para una sociedad participativa y democrática, es la base sobre la que construir la Convivencia en La Escuela. ¿Cómo prepararlos para una sociedad democrática y participativa si nuestras escuelas no lo reproduce?
Muchos colegios están haciendo un esfuerzo metodológico y están poniendo a los alumnos en el centro de la acción educativa. Sin embargo, no se acompaña en este proceso una nueva visión de la convivencia. Una visión de la convivencia que debe:
- Reescribir el rol del alumno y del profesor en la escuela. Con mucha frecuencia los roles excesivamente jerárquicos de los profesores y pretendidamente sumiso que se suele esperar de los alumnos, no es que ya no funcionen, sino que además son anacrónicos. Intentar reproducirlos genera malestar y conflictos.
- Reorganizar los centros en cuanto a espacios, organización del tiempo, organigrama organizativo…
- Un cambio profundo de perspectiva que ponga a los alumnos en el centro del proceso de enseñanza – aprendizaje. Uso de metodologías activas.
- Reescribir el curriculum y la evaluación de los alumnos, incluyendo la convivencia como un factor fundamental. Eliminando lo superfluo y las repeticiones innecesarias.
En un centro pueden quedar paralizadas muchas iniciativas si se busca la aprobación del claustro. No negamos en ningún momento la participación de toda la comunidad educativa en el proyecto, esta es necesaria, urgente y deseable. Defendemos un proyecto flexible que permite la apertura de nuevas líneas de actuación.
Es necesario incentivar el compromiso. Hay en nuestros claustros un buen número de grandes profesionales deseosos de dar nuevas respuestas a los retos que se nos plantean. Hay que dar cauce al compromiso de tantos deseoso de mejorar nuestras escuelas. Pero el liderazgo es situacional. (Blanchard 1990) y tienen mucho que decir los que están muy implicados. No somos todos iguales, todos somos diferentes.
Un nuevo marco organizativo
En el dialogo con directores de centros concertados y públicos y con bastantes profesores implicados y comprometidos, los comentarios siempre suelen ser los mismo. Uno de los problemas que más angustiaba a todos era el factor tiempo.
Que todo proceso de innovación requiere liberar tiempo y organizar el centro para hacerlo posible es algo obvio, pero buscar unas pocas horas de donde no las hay no es suficiente. Al final todos los proyectos terminan dependiendo de la buena voluntad de un grupo de profesores muy comprometido. La gestión del centro termina copando todas las energías. “Lo urgente termina fagocitando a lo importante”. Se hace necesario un nuevo modelo organizativo. El esquema piramidal por el que se rigen los centros ya no nos sirve. Más que una organización por funciones (director, jefes de estudios…) es necesario hoy una organización por procesos. La gestión ocuparía una parte importante de esta organización, pero otra parte importante la tendría los procesos pedagógicos y metodológicos, otro proceso, con sus espacios y tiempos organizativos lo constituiría la CONVIVENCIA. En esta nueva organización por procesos debemos contar con los propios alumnos y sus familias.
Articulación de la convivencia en el centro
Pero; ¿cómo articular una buena convivencia en el centro? He analizado durante este año tres Planes de convivencia de Centros muy cercanos. Estos tres Planes eran prácticamente iguales con ligeras diferencias. Los tres Planes eran excesivamente punitivos y tenían muy poco de preventivos. Es cierto que recogían valores importantes en los que se querían educar, pero no había coherencia entre objetivos y valores y las herramientas puramente punitivas que se desprendían de ellos.
La convivencia en el centro es un tema complejo y no se trata solo de normas y castigos. Todo influye en la convivencia (El rol que los profesores emplean para relacionarse con los alumnos, las metodologías que se emplean, el ambiente, la participación de familias y alumnos…) Por ello, es necesario partir de algunos principios previos:
- El conflicto es normal y natural. Que exista conflicto no es un problema, el problema es no saber resolverlos. En toda la historia de la humanidad seguimos tratándolos de la misma manera, sólo ha cambiado la sofisticación de las armas empleadas. Los humanos seguimos resolviendo nuestros problemas desde la violencia. Necesitamos una verdadera educación en la resolución del conflicto.
- Verlo como oportunidad para sanar el daño y construir vínculos más fuertes y sólidos para una convivencia escolar de mayor calidad.
- Es necesario establecer una metodología de procesos donde el análisis relacionado con el clima de convivencia vértebra un plan de mejora que debe concretarse en un documento vivo en constante cambio.
- Un cambio de mentalidad en donde lo preventivo cobre mucho mayor peso en la Convivencia de los centros.
- Constitución del Equipo coordinador de la Convivencia y nombramiento del Coordinador de Convivencia del centro, dotándolo de los tiempos y espacios necesarios.
- Un mayor protagonismo de los alumnos en la gestión de la propia convivencia que se concreta en:
- La ayuda entre iguales
- La participación democrática
- Educación en valores y desarrollo moral.
- La orientación y la resolución de conflicto desde la tutorías.
Entendemos todo el proceso de ayuda entre iguales como la participación directa, a veces preventiva y otras resolutivas de los propios alumnos hacia los compañeros en temas de convivencia.

Esta ayuda entre iguales podríamos dividirlas entre las preventivas:
- La ayuda entre iguales
- Tutoría entre iguales
Y las resolutivas cuando el conflicto ya se ha originado:
La Mediación entre iguales.
En otros post seguiremos reflexionando sobre cada una de ellas.