Se trata de un juego para que los estudiantes aprendan al nombre de todos sus compañeros durante los primeros días de clase.
Se dibuja un gran círculo en el suelo de la clase o el patio. Un estudiante se sitúa dentro de él con una pelota. En voz alta dice su nombre y a continuación dice el nombre de un compañero de la clase, le pasa la pelota y después se sienta dentro del círculo («Me llamo Laura y le paso la pelota a Lidia»). Si no sabe el nombre de nadie, no le pueden ayudar y ha de ir pronunciando nombres hasta que acierte alguno. Quien ahora tiene la pelota, se sitúa de pie dentro del círculo y hace lo mismo: repite su nombre y pronuncia el de otro compañero o compañera, le pasa la pelota y seguidamente se sienta dentro del círculo («Me llamo Pedro y le paso la pelota a Sole. Esta operación se repite hasta que todos los alumnos estén sentados dentro del círculo.
El profesor o profesora controla el tiempo que dura la dinámica desde que el primer estudiante pronuncia su nombre hasta que el último se sienta dentro del círculo. Esta dinámica puede repetirse en días sucesivos y se trata, evidentemente, de que cada vez tarden menos tiempo en realizarla: señal de que cada vez conocen más el nombre de sus compañeros.
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