El aprendizaje cooperativo no es fácil de implantar y requiere, como si una planta se tratara, que abonemos previamente el terreno. Queremos que nuestros alumnos crezcan en solidaridad, en el respeto mutuo, en la empatía, en el compromiso… sin embargo es fácil encontrar en nuestras clases bastantes «piedras» que impiden preparar bien la tierra. A veces podemos encontrar en nuestras aulas alumnos desafiantes, otros que son marginados, tensiones… Cuando un grupo tiene estas características, implantar el Aprendizaje Cooperativo es muy complicado.
El Aprendizaje Cooperativo no es una moda. Muchos piensan que es algo transitorio que pasará. Sin embargo, pienso que ha venido para quedarse y es imparable. Sin embargo, algunas experiencias negativas dentro de algunos colegios se dan por una inadecuada implantación.
Los alumnos muy motivados para estudiar prefieren estudiar solo. Es más para muchos de ellos, sus éxitos son más éxitos si quedan por encima de los demás. Su aprendizaje además de individual es competitivo. Otros alumnos que no quieren estudiar no lo van a hacer de ninguna de las maneras. ¿Merece la pena aprender a cooperar cuando vivimos en una sociedad cada vez más competitiva?
Cuando el grupo de alumnos está muy conexionado, son amigos entre ellos, hay un buen ambiente en el aula y abundan los lazos afectivos, el AC. es fácil de implantar. ¿Por qué no trabajar para que el ambiente de todas nuestras clases sea así?
Trabajar la cohesión de los grupos es una condición necesaria aunque no suficiente para poder estructurar nuestra clase de forma cooperativa.
¿Qué tiempo disponemos para ello? Os ofrezco algunas ideas para trabajar la cohesión de los grupos como un amplio conjunto de actividades encaminadas a crear una conciencia de grupo colectiva que haga posible una estructura cooperativa en el aula. Estos tiempos pueden ser:
- Una semana a comienzo de curso y unas horas las siguientes dos semanas para trabajar la cohesión de los grupos. En estas aulas donde se va a comenzar a implantar el AC, se dedica amplios espacios de tiempo para trabajar la cohesión.
- Las tutorías semanales.
- En los buenos días o asambleas a primera hora de la mañana. Suele durar unos pocos minutos, pero también aquí tenemos un tiempo privilegiado para trabajar la solidaridad, la ayuda mutua y otros muchos valores fundamentales.
Así pues, cuando el ambiente en un aula no sea el adecuado para el trabajo cooperativo, en lugar de renunciar a él, hay que dedicar más tiempo y esfuerzo a la cohesión del grupo. Hay que tener también cuidado a ser demasiado perfeccionista y no considerar nunca al grupo suficientemente preparado. Una vez lanzados, el mismo aprendizaje cooperativo irá reforzando y conexionando a los propios grupos.
Las dinámicas de grupo que podemos usar para fomentar la cohesión pueden ser: (Pujols Pere, 9 ideas claves El aprendizaje Cooperativo)
Para el conocimiento mutuo y para trabajar la distensión en el grupo:
- La pelota
- La tela de araña
- La silueta
- La entrevista
- La maleta
- El blanco y la diana
- Las páginas amarillas
Actividades para mostrar la importancia de trabajar en equipo y su eficacia:
Actividad para preparar y sensibilizar al alumnado para trabajar de forma cooperativa:
El papel del profesor en la cohesión del grupo:
Un factor determinante en el ambiente de una clase es la interacción del profesorado con sus alumnos. ¿De qué manera te relacionas con tus estudiantes? En un ambiente saludable de clase se suele dar:
- El profesor o la profesora aprecian a sus alumnos como lo que son, personas singulares. No hay algunos alumnos diferentes, todos somos diferentes.
- Los profesores personalizan la enseñanza y tiene en cuenta las características personales de sus alumnos.
- Los profesores continuamente profundizan en los conocimientos de la materia que enseñan.
- Saben utilizar el humor y la energía positiva y procuran que sus alumnos aprendan con alegría (Esfuerzo y disfrute no están reñidos)
- Los profesores ayudan a sus alumnos a dar su propio sentido a las ideas. Trabajan para hacer de ellos pensadores eficientes.
- La tarea de enseñar es compartida con los alumnos. Estos también son responsables de enseñar a sus compañeros. Esto se logra con el Aprendizaje Cooperativo.
- Enseña a sus alumnos a ser autónomos, a autoregular su propio aprendizaje.
- El profesor es autoridad y no autoritario. No ejerce la disciplina de una forma ruidosa sino más bien encubierta o de forma indirecta. Las normas se deciden entre todos y el profesor aparece ante la clase como el que intercede entre el infractor y el grupo y no como el juez que hace las leyes e impone justicia.