Pero, cuáles son las claves de una crítica constructiva. Aquí os ofrezco algunas de ellas:
1. Infórmate sobre el tema. Es importante estar bien informado sobre un tema antes de emitir una opinión al respecto. Opinar o criticar sin tener buena y suficiente información es un mal hábito que se debe evitar. Lo mejor es ir a la fuente y preguntar los porqués si los desconoces.
2. Aporta siempre una alternativa. Ante cualquier crítica es bueno aportar una alternativa. No critiques antes de buscar otra alternativa, si así lo haces no construyes sino destruyes.
3. Valora lo positivo. Busca siempre los resquicios de salud de las personas. Nunca es todo negativo ni todo positivo. La pureza sólo existe en Dios. Comienza siempre valorando a la otra persona. Busca mentalmente todo lo positivo que tiene. Desde ahí ayúdala a mejorar con tu crítica constructiva. Darle importancia siempre a lo constructivo y a lo positivo.
4. En el momento y en el lugar adecuado. Habla sólo con la persona adecuada y evita exponer la crítica a los demás. Nunca lo uses como desahogo personal sino para construir y ayudar. Preferiblemente
5. Desde el respecto y el aprecio. Cuida las palabras que utilizas y hazlo siempre desde el respeto y el cariño a la persona. Si esto no está presupuesto mejor no lo hagas.
6. Ve al grano. Para lograr una respuesta positiva sé concreto y céntrate en el problema.
7. Posibilidad de cambio. Si el cambio no depende de la otra persona y la situación no puede ser mejorada por ella, no la critiques. Si la otra persona no puede solucionarlo para qué lo vas a hacer.
8. Derecho a responder. Tras decir lo que piensas es importante que el otro te diga su posición al respecto y podáis dialogar. De esta manera, entre ambos, pueden llegar a mejorar la situación.
En definitiva, toda crítica que no sea para construir suele envenenar, primero a quien la lanza y luego a los demás. Evitemos en nuestros ambientes a las razas de víboras de las que nos habla la Palabra de Dios. Mt 23, 33-35