Y lo digo con orgullo, estuve allí y participé activamente a través de las redes sociales, con mis comentarios, preguntas. La puesta en escena que Escuelas Católicas hizo en su Congreso fue muy buena y favoreció que los 1500 congresista que nos reunimos allí nos sintiéramos en Casa.
A la Madre Inés le diría que colocar a los alumnos en el Centro no es desplazar a Jesús sino todo lo contrario. Un educador cristiano sin sus alumnos «se siente extranjero»y ellos están en el centro porque Jesús está en el centro. Es un binomio inseparable. No podemos desplazar del centro a los chicos porque no podemos descentrar a Jesús. Ambas cosas están perfectamente unidas. Es cierto, Madre Inés que la Espiritualidad no es cosa de una asignatura, debe ser, más bien, como el aire normal del colegio y está claro también que lo esencial es Jesús de Nazaret. Los religiosos tenemos colegios para evangelizar. Pero para nosotros educar y evangelizar debe darse en la misma acción. Ésta es la Encarnación para nosotros hoy.
Se hace también muy importante, como nos dirá Madre Inés, que el educador en una escuela cristiana sea competente espiritualmente. Buscamos competencias profesionales pero no nos olvidemos que el educador también deberá ser evangelizador.
Seguiré comentando el Congreso de Escuelas Católicas