He hecho mía una frase que ciertamente se presta a la ambigüedad, sin embargo no me resisto a dejar de usarla. La palabra “élite” por su propia definición significa una minoría selecta o rectora. Ciertamente decir “élite” podría significar todo lo contrario a lo que quiero subrayar en el título de este artículo. Por otro lado, el Evangelio está lleno de citas donde Jesús nos dice que los más pobres, los sencillos y con dificultades son “su élite en el Reino de los Cielos”.
Siendo José Miguel Pérez vicepresidente del Gobierno Canario y consejero de educación, hablaba ante un grupo de seguidores, en La Casa del Pueblo de Santa Cruz de Tenerife, justamente con esta frase. Decía mi buen amigo que él creía en la Escuela Concertada, que esta había sido un invento de su partido y que creía en una concertada como Salesianos La Cuesta, que tal y como decía su director, era un Colegio de élite para los más pobres.
Convencido que D. José Miguel sabía lo que decía, me gustaría abundar sobre ello. Esta es la vocación que todo colegio católico y sobre todo salesiano, como el nuestro, debe tener.
Un mayor gasto en educación no siempre garantiza un mayor rendimiento de los alumnos. El dinero no basta para tener un buen sistema educativo. Lo más importante es cómo se gastan esos recursos. Llama la atención que los países que ocupan los primeros puestos en las pruebas de PISA no son los más ricos, ni son lo que destinan más dinero a educación. Estados Unidos ocupa el lugar número 17 en el ranking Pisa y los primeros lugares están ocupados por Shanghai, Singapur, Corea del Sur y Finlandia. Sin embargo, países como Noruega, Suiza o la misma Estados Unidos invierten más de 100.000 dólares por alumnos. Nuestra propia inversión está por encima de países mucho mejor clasificados en el informe Pisa. (cf. Informe Pisa 2012)
Está claro que un colegio privado, con mejores recursos económicos, no siempre ofrecerá mejores servicios que otros colegios con menos inversión. El secreto también aquí será cómo se gestionan esos recursos. El Colegio Salesiano San Juan Bosco de La Cuesta ha conseguido en seis cursos escolares aumentar en un 500 % el número de alumnos que aprueban todas las asignaturas en junio. Para ello, se mantuvieron tres criterios esenciales:
Los alumnos no debían encontrar en lo económico un obstáculo para poder matricularse en el centro.
El centro debía disponer de un sistema de financiación a coste cero para las familias para que dispositivos como tablet u ordenadores fueran asequibles para todos.
Los servicios que el centro estaba obligado a cobrar como comedor u otros servicios debían tener un coste asumible.
La opción por el trabajo cooperativo desde las primeras etapas pone a los alumnos en el centro del proceso.
Con estas tres condiciones se ha conseguido que quiénes en La Cuesta y en el barrio de Candelaria quisiese matricularse en nuestro centro, pudiera hacerlo sin ningún tipo de obstáculo. A partir de aquí, ya teníamos garantizada la segunda parte de nuestro objetivo: Ser un centro para todos.
Con todo esto, era vital que nuestros resultados, que eran reflejo de los del entorno, cambiaran radicalmente. No se trataba sólo de cambiar metodologías, se trataba de un cambio mucho más profundo. Necesitábamos ver qué estaban haciendo otros centros con resultados exitosos, tanto en nuestro país como fuera. Vimos que en muchos casos, resultados con altos porcentajes de éxitos, iban unidos a fuertes o moderadas cuotas. Para nosotros, mantener nuestro carácter popular era primordial. De aquí nace esta frase que acuñamos hace tiempo: “Debemos ser un colegio de élite para estos chicos con pocos recursos” Por eso, para nosotros, aumentar la calidad del centro debía ser un logro al alcance de los alumnos del barrio.
La organización del centro, la formación de sus profesores, una buena política de contrataciones, un fuerte liderazgo, fueron haciendo poco a poco el milagro. Hoy por hoy somos lo que pretendimos. Seguimos creciendo, seguimos trabajando en ofrecer los servicios de un colegio de élite a las clases populares.
La discutida desigualdad económica con la que se trata a los centros concertados en España hace difícil pero no imposible este objetivo. La búsqueda de recursos, la gestión de los mismos y la generosidad de la comunidad educativa puede hacerlo posible.
Los ritmos, los pasos dados y las opciones tomadas pueden ser motivos de otras entradas. ¿Se puede transformar un centro en pocos años? Claramente sí, siempre y cuando se den algunas condiciones.
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Siempre recondaremos el gran trabajo y exitoso resultado conseguido. Estoy muy agradecida de pertenecer a la.Flia Salesiana.
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Los felicito por el trabajo con quienes son mirados con amor por Dios y ustedes. Dios los bendiga y adelante
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Fantástico, admirable y un reto para otros que quisiéramos incidir en nuestros centros al más puro estilo Don Bosco. Gracias salesianos La Cuesta por ser luz en nuestro camino.😉
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