En este año, donde los salesianos celebramos el bicentenario del nacimiento de Don Bosco, es un momento interesante para reflexionar sobre los rasgos que un proyecto educativo innovador debe tener en un colegio salesiano.
La escuela católica tiene como definición de sí misma ser un lugar donde se hace síntesis entre fe, cultura y vida, la formación integral de los alumnos, crear un ambiente que favorezca el testimonio y la acción evangelizadora de los creyentes. En la escuela católica se imparte la enseñanza religiosa
y se promueve itinerarios de educación en la fe, además de orientar hacia la inserción y el compromiso en los movimientos y servicios eclesiales. Todos estos y otros elementos forman parte de nuestro ser como Escuela Católica que somos.
¿Qué es lo original en un proyecto educativo innovador salesiano? Nuestra propuesta para las escuelas salesianas señalan que somos Escuela Popular, libre y abierta a todas las clases sociales.Anteponemos el criterio de promoción de todos a la selección de los mejores. Nuestra preferencia debe ser por los más necesitados. Colocamos al alumno en el centro del hecho educativo. Le ayudamos a crecer mediante múltiples ofertas educativas. Educamos evangelizando y evangelizamos educando. Los jóvenes deben encontrar entre nosotros su propia casa.
La Escuela salesiana debe ser inclusiva.
Lo que una escuela salesiana no puede ser hoy es una escuela tradicional. En una escuela tradicional los alumnos no están en el centro, ni se antepone el criterio de promoción de todos. La escuela salesiana debe ser ante todo inclusiva. En la escuela tradicional, todo está centrado en los contenidos que debemos ver en cada curso. Contenidos que por otra parte nos vienen dado. No hay reflexión sobre lo que cada uno de nuestros alumnos necesitan. Simplemente hay un Curriculum que cumplir, éste además está organizado en un libro de texto. En este clima que dibujo muy superficialmente, pero que puede ser completado, tenemos alumnos que pierden etapas enteras de su vida.
Estoy convencido que la Educación, o es inclusiva o no es educación. ¿A cuántos chicos dejamos atrás en nuestros colegios? ¿Cuántos abandonos? Mientras esto ocurra, nuestras escuelas no cumplen con sus objetivos. Este luchar por la promoción de todos no es utópico, es lo que nos constituye como escuela salesiana. Es la forma de mantener el sueño de Don Bosco vivo en nuestras escuelas.
Algunas preguntas para la reflexión:
¿Es el seguimiento que se realiza a tus alumnos personalizado?
¿Se presta atención a los que tienen más dificultades?
¿El grado de abandono es 0?
¿Hay contacto frecuente con las familias a través del tutor?
¿Las actividades están diversificadas?¿Hay formación a los profesores para profundizar en un modelo inclusivo?
¿Tenéis en vuestro colegio, todos los profesores, la misma idea de escuela inclusiva?
¿Se está potenciando la participación y corresponsabilidad con las familias?
La escuela salesiana debe potenciar la autonomía del alumno.
Para lograr esta autonomía es necesario un cambio en el rol del profesor. Éste se convertirá en facilitador, es decir, un docente que ayuda al estudiante a identificar sus propias necesidades, a reflexionar sobre la forma en que aprende, a utilizar las estrategias de aprendizaje adecuadas en cada caso, a participar en su propia evaluación, en definitiva, a aprender a aprender.
La escuela salesiana tiene un estilo personalizador.
No debemos confundir la personalización de la educación con la individualización. La personalización es un concepto más complejo, que presenta los siguientes objetivos: adecuar los recursos académicos, diversificar propuestas que sean capaces de adaptarse al perfil de cada alumno, evaluar tanto el proceso como los contenidos y, por último, respetar los diferentes ritmos de aprendizaje.
La escuela salesiana debe potenciar el aprendizaje cooperativo.
El aprendizaje cooperativo le permite al docente alcanzar diferentes metas, tales como, que todos los alumnos mejoren su rendimiento académico, que se establezcan relaciones positivas entre ellos y, por último, que el centro les proporcione las experiencias necesarias para lograr un desarrollo social, psicológico y cognitivo saludable. El aprendizaje cooperativo se basa en el empleo didáctico de grupo reducido en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar no sólo su propio aprendizaje sino también el de los demás. Gracias a este tipo de aprendizaje, la función del docente en el aula se modifica considerablemente dejando de ser un transmisor de información para convertirse en un ingeniero que organiza y facilita el aprendizaje en equipo.
La escuela salesiana sabe que todos los chicos son inteligentes porque las inteligencias son múltiples.
A partir de la propuesta de Howard Gardner, “Educar desde las inteligencias múltiples», podemos descubrir nuestro mapa de inteligencias único y personal. Gracias a esto, potenciaremos nuestros talentos para poder compartirlos con los de los demás y así construir entre todos un verdadero ecosistema del talento. Nuestra propuesta educativa debe tener en cuenta el desarrollo de las inteligencias en nuestros alumnos con el objetivo de potenciar sus propias capacidades ya que hasta ahora en educación sólo se han impulsado las inteligencias lingüística y lógico-matemática.
La escuela salesiana es una escuela de élite para todas las clases sociales.
Fieles a la herencia del oratorio de Don Bosco, la escuela salesiana atiende a los jóvenes con más necesidades. Estas necesidades son económicas, emocionales, culturales… En estos chicos dedicamos nuestro mayor esfuerzo y dedicación. Nuestras escuelas son accesibles económicamente ofreciendo una educación de calidad y dando respuestas a los jóvenes del siglo XXI.
Sigamos reflexionando juntos, fieles a nuestra tradición, al sistema preventivo de Don Bosco, sigamos construyendo la escuela salesiana del siglo XXI.