Durante el viaje que hicimos a Estados Unidos, el último día, visitamos la Universidad de California en San Diego (UCSD) y Lorraine Hobbs fue nuestra anfitriona dentro del Centro de Mindfulness.
Un grupo de practicantes, maestras y aprendices de la universidad, nos recibió en la sala donde practican las técnicas de Mindfulness. Nos explicaron que esta práctica se dirige a centros de salud, para ayudar a los pacientes a disminuir el dolor, y así mismo, se utiliza dentro de las aulas para ayudar a los maestros y alumnos a bajar los niveles de estrés, y violencia.
La primera pregunta que hicimos es obvia, por supuesto preguntamos ¿Qué es mindfulness?
A lo que Lorraine contestó que la práctica de Mindfulness también se conoce como la práctica de la Atención Plena. El Minfulness se puede comparar con un espejo de la mente donde se refleja lo que está sucediendo en el momento presente, estar atento a lo que está sucediendo tanto dentro como alrededor de nosotros. Es dirigir la atención a nuestro cuerpo, emociones y pensamientos.
Para los chinos, Mindfulness en la parte superior significa “ahora” y la parte inferior quiere decir “mente” o “corazón”. Significa estar verdaderamente en el momento presente. La práctica de Mindfulness nos ayuda a regresar al aquí y al ahora, a estar conscientes de lo que ocurre en el momento presente y a estar en contacto con las maravillas de la vida.
Lorraine dedicó casi dos horas a practicar con nosotros esta técnica en un ejemplo, que pude parecer muy sencillo, pero a la vez fue fascinante. Nos ofreció una pasa o uva seca a cada uno, nos pidió que la observáramos detenidamente, con la mente presente y totalmente concentrada en este pequeño objeto. Nos pidió que expresáramos lo que veíamos procurando no dar juicios de eventos anteriores. Solamente lo que veíamos en este objeto, en ese momento presente. Para algunos de nosotros fue difícil no comparar esta pasa, con otras pasas vistas en el pasado, sin embargo, al final todos expresamos cosas como: veo un objeto de color obscuro, pequeño, rugoso, de forma irregular, traslucido, con brillos, etc.
Nos sorprendió la cantidad de cualidades que tiene una pasita. Lorraine nos fue guiando poco a poco a hacer distintas observaciones, fuimos utilizando todos nuestros sentidos, vista, tacto, olfato, oído y finalmente el gusto. Cuando cada quien finalmente llegó a meter la pasita en la boca, nos pidió no morderla, solo permitir que el objeto entrara en contacto con nuestra lengua. “Solo sientan el objeto en la boca, pero no hagan nada con él “– pidió Lorraine. Extraña sensación, calma en el grupo, y se podía sentir la paz en todos los integrantes.
Al morder la pasita exploto el sabor y cada uno pudimos compartir la experiencia, que calma y maravilla. Es curioso que al centrar nuestra atención, también se calmaron todas las emociones. Ni una pisca de ansiedad. Y además el dulce sabor del fruto seco, junto con otros sabores se mezclaron en nuestros sentidos. Nos dimos cuenta que les damos significado, sin embargo pueden solo ser sensaciones.
Lorraine nos explicó que no se trata de enseñar a los alumnos Mindfulness, si los profesores no están sumergidos en el aprendizaje de esta técnica. Es por esto que el primer objetivo de la capacitación es que el maestro comprenda, practique y dedique tiempo a desarrollar el Mindfulness en si mismo. Posteriormente los maestros aprenderán técnicas para los alumnos.
Nos quedó claro el enfoque, el compromiso y la dedicación que se debe tener para establecer un centro educativo que enseñe a sus alumnos esta técnica. El Mindfulness no es un método, más bien es una técnica que ayuda a desarrollar la estructura de la mente donde se puede recibir posteriormente cualquier metodología de aprendizaje y por supuesto, cualquier contenido.