Una rutina para razonar a partir de la evidencia
• A partir de tu investigación, experiencia, conocimientos previos o lecturas:
- Formula una afirmación sobre el tema (puede ser una explicación o una interpretación).
• Identifica elementos que justifiquen tu afirmación (cosas que ves, sientes, sabes).
• Plantea una pregunta relacionada con tu afirmación o sus justificaciones. ¿Qué no queda explicado?
Propósito: ¿Qué tipo de pensamiento fomenta esta rutina?
Esta rutina favorece el razonamiento al invitar al alumnado a formular afirmaciones, explicaciones o interpretaciones, y a respaldarlas con evidencias. Además, el cuestionamiento de las afirmaciones ayuda a entender el razonamiento como un proceso continuo, no cerrado.
Aplicación: ¿Cuándo y dónde puede utilizarse?
Vivimos rodeados de afirmaciones y creencias. Esta rutina está diseñada para ayudar al alumnado a detectarlas y analizarlas con sentido crítico. Puede aplicarse a cualquier tema, obra de arte, texto literario, poema, etc., con el objetivo de promover un razonamiento riguroso y una evaluación reflexiva.
Inicio: ¿Qué recomendaciones hay para ponerla en práctica?
Esta rutina funciona bien tanto a nivel individual como en grupos pequeños o en gran grupo. Se recomienda comenzar modelando el proceso en grupo-clase:
- Identifica una afirmación.
- Pide al grupo evidencias que la sustenten.
- Anima al alumnado a plantear preguntas sobre la afirmación o sobre las pruebas aportadas.
Es útil registrar los comentarios en un lugar visible (por ejemplo, en papelógrafos), con columnas para “Justificaciones” y “Preguntas”. Una vez que el alumnado haya practicado el proceso en grupo, pueden aplicarlo de forma individual o en pequeños equipos, anotando sus respuestas en un diario o en formatos que puedan compartir con el resto de la clase.
Después, puedes invitar a algunos grupos o personas a compartir sus afirmaciones, justificaciones y preguntas con toda la clase, dejando tiempo para que otros añadan nuevas justificaciones o planteen nuevas preguntas. Si hay tiempo, reflexionad juntos sobre la actividad: ¿Qué nuevas ideas han surgido sobre el tema?
Ten en cuenta que el alumnado tiende a responder con un simple “estoy de acuerdo” o “no lo estoy”. Es importante dar espacio y tiempo para pensar, y animarles a generar preguntas más profundas con expresiones como:
¿Qué otras preguntas podrías hacer sobre esta afirmación?
¿Puedes pensar en razones por las que esto podría ser cierto?
¿Y por qué podría no serlo?
Las preguntas bien formuladas, que desafían la verosimilitud de una afirmación, suelen conducir a una comprensión más profunda del tema y del proceso de razonamiento.
